lunes, 15 de junio de 2015


Los orígenes de la alfarería familiar encabezada por D. Pablo García Esteban.

Se sabe que hacia 1810 existían en Ahigal cuatro alfarerías que junto con los talleres de Guijo de Granadilla, abastecían a un gran área del norte de la provincia, tres de las cuales combinaban la elaboración de loza y la tejería. En 1906 nos encontramos que la alfarería se ha convertido en un oficio complementario del barrero o productor de tejas y ladrillos. El casi total abandono del arte cerámico es causa fundamental de que durante dos décadas la mayor parte de las vasijas utilizadas en el pueblo procedían de alfares cercanos a la localidad. Atendiendo a esta demanda, un alfarero de Plasencia monta su taller en Ahigal, donde residirá entre los años 1924 y  1926. Su estancia va a ser decisiva en lo que a reactivar el viejo oficio se refiere. Tres nuevos alfares se abren en la localidad, todos pertenecientes a miembros de una misma familia ya experimentada con el barro en la profesión de tejeros.
Solo uno de ellos D. Pablo García Esteban siguió con el oficio hasta su jubilación, del cual en la actualidad su nieto Óscar Anaya García continúa con la magia de dar forma al barro con sus manos, empezando al principio como algo casual, durante un tiempo de reposo de su entonces trabajo como encofrador, acabó por contagiarse del arte y oficio con el que su abuelo muchos años atrás, siendo él todavía muy pequeño, demostraba su maña y abastecía a todos los pueblos de los alrededores con sus cacharros. Gracias a la influencia de su tío Alfonso García Jiménez, el cual sí estuvo presente durante todo el tiempo de trabajo con su padre en este oficio, ilusionado por el hecho de que su sobrino Óscar, al que le tenia un gran aprecio, volviese a sus raíces, hacía vereda a la nava donde reside Óscar, para orientarlo en sus inicios artesanales con el barro, dándole consejos de como colocar las manos en el torno, las proporciones de los tipos de tierra, donde localizarla en el campo, los tiempos de secado de las piezas (el también conocido como ''oreao''), la colocación de cada pieza en el horno, el tiempo de cocción y la forma.




En la actualidad este oficio extinguido por completo en esta última saga de alfareros de Ahigal es revivido por Óscar con muchas ganas e ilusión de volver a darle vida al oficio con el que su abuelo D.
Pablo García Esteban fué conocido y apreciado por todos los pueblos vecinos del norte de Extremadura.  

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